LOS SÍNTOMAS DEL «HIJO DICTADOR» REGLAS PARA FRENAR ESTE COMPORTAMIENTO
CÓMO actuar con un NIÑO Dictador “SÍNDROME DEL EMPERADOR”
En psicología Síndrome del Emperador, se atribuye aquellos niños que escogen qué comida hay que cocinar, dónde hay que viajar, o simplemente qué cadena de televisión hay que ver. etc. Estos niños para conseguir sus propósitos no dudan en gritar amenazar e incluso agredir física y psicológicamente a sus padres. Presenta un nivel empático subdesarrollado y no son capaces de experimentar sentimientos como el amor, la culpa, el perdón, o la compasión.
Falta de límites. Derivado muy a menudo de la primera causa, si los padres no dedican suficiente tiempo a la crianza delegando en terceras personas, tampoco tendrán tiempo para educar a su hijo en normas de conducta, con lo cual el rey de la casa sentirá que tiene total impunidad. El psicólogo Javier Urra asegura que ningún niño nace siendo un tirano, sino que hay progenitores que no actúan como adultos educadores, ya que “hacen todo tipo de concesiones para no tener problemas y al final lo que generan es un problema”.
“Les hemos dado muchos derechos, pero no les hemos trasladado deberes. Hemos perdido el principio de autoridad. ¡Hemos querido ser amigos de nuestros hijos!”.
Reglas básicas para frenar comportamientos dictadores o tiranos
Si los padres han llegado al punto límite con sus hijos tiranos pueden –y deben– pedir ayuda externa. Primera visita: el pediatra, que les ofrecerá pautas y consejos sobre cómo actuar. Algunos niños –y sus padres– necesitan además psicoterapia dependiendo de los síntomas y de su edad. Si se trata de preadolescentes o adolescentes y ya se han vuelto agresivos, el problema es más serio y la terapia, más larga.
Además, se pueden fijar las siguientes reglas para atajar comportamientos tiránicos:
- Ambos progenitoresdeben estar de acuerdo en cómo quieren educar a sus hijos, en cuál va a ser su modelo educativo y actuar ante él sin fisuras, porque si las hay, el niño se aprovechará enseguida de ellas.
- Los padres deben ser capaces de admitir que su hijo es un tiranoy no buscarle atenuantes.
- Rutina, rutina y más rutina. El día a día del niño debe estar pautado: horas fijas para comer, para acostarse, para hacer los deberes. También debe tener una serie de obligaciones en casa –hacer la cama, poner y quitar la mesa, etcétera– de las que no se puede escabullir. Y normas muy claras sobre su tiempo de ocio.
- Nada de amenaza Las amenazas transmiten inseguridad al niño y sólo logran aumentar su tendencia a la negación.
- No se trata de prohibirlo todo después de haberle dejado hacerlo todo. Una vez dicho una cosa, no hay que retractarse, así que más vale pensar con calma antes de hablar y actuar.
- No hay que ponerse a la altura del niño: si grita, patalea y monta una escenita, hay que respirar y contenerse. Nada de chillidos, sofocones o tortazos, mejor esperar a que se calme sin hacerle el más mínimo caso.
- No sirve de nada argumentar sin fin, el niño tirano no está acostumbrado a las palabras. En vez de discutir, hay que recordarle cuáles son las reglas que hemos fijado y su deber de respetarlas.
- Tampoco sirve pedirle que se ponga en tu lugar: justamente una de sus características es su falta de empatía.
- Recordar que los milagros no existen y la educación es una carrera de fondo: puede que no haya resultados inmediatos, pero, según va creciendo, el niño logrará interiorizar nuestras enseñanzas.
Fuente: https://www.webconsultas.com