La disciplina positiva es un estilo de crianza para niños, que existe desde la psicología de Alfred Adler (1870-1937) basada en el individuo. Luego dos mujeres y madres norteamericanas, Jane Nelsen y Lynn Lott se apoderaron de la teoría Adleriana y la convirtieron en lo que hoy se conoce como Disciplina Positiva.
Este es un modelo educativo horizontal, el cual se enfoca en entender el comportamiento de los niños y la forma adecuada para abordar su actitud. Tiene como fin guiar a los niños y jóvenes en su camino, siempre y cuando sea de forma positiva, afectiva, pero firme y respetuosa, tanto para el niño como para el adulto.
La disciplina positiva se basa fundamentalmente en la comunicación, el respeto, el amor, el entendimiento, la empatía y la colaboración, sin tolerar el control excesivo ni la permisividad. El objetivo de este enfoque es brindar herramientas a los padres, cuidadores y profesores para entender las emociones, sentimientos y el comportamiento inadecuado de los niños y jóvenes. Y así, poder encaminarlo hacia el respeto, sin luchas de poder y siempre positivo.