¿Quieres saber cómo?
Trucos para animar a los niños con la lectura
- Conviértelo en un momento divertido
Busca, compra o pide prestados un buen número de libros divertidos o con temáticas con las que más disfrutan los peques, como por ejemplo libros que traten de locas aventuras, de Halloween (amable y simpático) o de mocos. Elige libros que sean relativamente fáciles de leer para tus hijos o, en otras palabras, aquellos que estén ligeramente por debajo de su nivel de habilidad de lectura. Elige temas basados en sus intereses: deportes, fiestas de pijamas, animales salvajes, insectos, etc. Elige un misterio, un libro de bromas, libros sobre estrellas de cine actuales o atletas…o incluso libros de cómics.
Pero, elijas lo que elijas, no comentes nada sobre ellos en casa, simplemente déjalos en algún lugar donde tus hijos puedan verlos con seguridad y asiduidad. Para convertirse en un gran lector un niño necesita mucha práctica, por lo que si puede encontrar los libros que más le atraigan con facilidad, estará más interesado en obtener esa práctica tan importante. Una práctica que se necesita para que, después de ese, quiera leer también otros libros más complejos. No dejes siempre encerrados a los libros en vitrinas o estanterías inaccesibles, porque las cosas que nos son necesarias están siempre mucho más al alcance de la mano. O piensa… ¿dónde sueles tener tu móvil?
- Deja que descubran la biblioteca
Acude un día a la biblioteca y haz un carnet propio a tus hijos. Procura llevarles a la biblioteca al menos una vez a la semana y dejarles participar en las actividades infantiles que se organizan. No hay nada que guste más a los niños que acudir a sitios y actividades en las que puedan pasarlo bien. Muchas bibliotecas ofrecen clases y cursos para enseñar a los niños cómo usar todos los recursos disponibles y a su alcance, así que no dudes en informarte. Y, sobre todo, procura llevar siempre a los peques a la biblio en días bonitos, como los viernes (pues esto hará que lo asocien con lo positivo), y sin prisas de ningún tipo.
- Ayúdales a elegir sus juegos de consola y ordenador
Sí, como lo oyes. Si hoy en día parece casi imposible que un niño no se acerque a los juegos de ordenador o a las consolas, por lo menos aprovechemos la ocasión en su beneficio, lo que puede hacerse, por ejemplo, ayudándoles a elegir determinados títulos. Aprovecha el amor de tus hijos por este tipo de juegos y cómprales aquellos que sea aptos para su edad, por supuesto, y que requieran de mucha lectura para jugar.
- Ten siempre en casa material de lectura disponible
Coloca una caja de libros y revistas cerca de la mesa de la cocina para poder acceder al material de lectura, o cerca del sofá del salón…No olvides que para que algo se convierta en una agradable rutina tiene que ser algo que esté disponible a diario y muy accesible, también para los más pequeñitos. Prueba a leer cómodamente el sábado por la tarde con unos aperitivos, como si fuéseis a ver una peli, y pronto tus peques se darán cuenta de que debe ser una actividad muy bonita y confortable si la hacen sus papás.
- Fomenta la lectura a la hora de ir a dormir
Pon a tus peques una lámpara de lectura divertida o tierna junto a la cama. Díles que de ahora en adelante, cuando se vayan a la cama, podrán leer un ratito a su aire hasta que vayan cogiendo el sueño. La mayoría de los niños harán cualquier cosa con tal de salirse con la suya de no irse a dormir, por lo que puede que esta posibilidad les resulte como un auténtico premio. Procura que la hora de irse a dormir sea lo suficientemente amplia como para que el tiempo de lectura no les robe horas de sueño y, quién sabe, puede que así comience un nuevo hábito de lectura a la hora de acostarse que perdure por siempre.
- No dejes de leer a tus hijos
A menudo, una vez que los niños aprenden a leer de forma independiente, los padres dejan de leerles. Este cambio de rutina causa una gran tristeza a un niño que ha llegado a adorar ese momento de quedarse dormido mientras escucha la voz de sus padres con un buen cuento. Seleccionad libros juntos para asegurarte de que también sean de su agrado y para que siempre disfruten a medida que los lees.
- Observa que no existan otros problemas
A algunos niños no les gusta leer porque tienen una vista deficiente o un problema de aprendizaje no detectado. Observa y aprende a buscar señales de posibles problemas cuando tengas dudas. Por ejemplo, ¿tu hijo/a se frota mucho los ojos después de leer? ¿Se queja de frecuentes dolores de cabeza? ¿Se frustra fácilmente o se enfada al tratar de leer? Si observas alguno de estos problemas en un niño pide cita con su pediatra para que le revisen o con un optometrista para que le realice un examen ocular completo.