Aunque nunca había sido tan fácil ser padres, a la vez nunca había sido tan difícil. Redes sociales, smartphones, internet… ¿Cómo hacer frente a estos temas?
Libros, cómics, música, videojuegos, smartphones, internet… No hay una regla exacta que permita a padres y madres saber cómo actuar frente a estos elementos en la vida de nuestros hijos. ¿Permisividad total? ¿Acompañamiento constante? ¿Vigilancia desde la distancia? ¿Controles horarios?
Nuestro papel como padres
El concepto de mediación parental no es nuevo. Simplemente es una manera de llamar a lo que padres y madres han hecho toda la vida. En el caso de Internet, el propósito de la mediación parental es, en palabras de IS4K, “formar a los propios menores para que sean capaces de enfrentarse a los riesgos de internet de forma responsable. Para ello, la mediación engloba la educación, acompañamiento y protección de los menores en su proceso de aprendizaje digital”.
Acompañar y proteger, por un lado, y educar, por el otro, para que el día de mañana ellos mismos se protejan a sí mismos y sean autosuficientes. Nada nuevo bajo el sol.
La novedad está en los retos ante los que se encuentran los padres y tutores de niños y adolescentes, y es que en nuestra época no existían Facebook, Instagram, Snapchat o Tik Tok. Algunos recordarán Messenger, ICQ o IRC, pero salvando las distancias, son fenómenos diferentes.
IS4K habla de dos estrategias complementarias y simultáneas. Es decir, no es necesario elegir cuál es la mejor. Ambas, combinadas, son la mejor opción. Por una parte, la mediación activa, que consiste en “supervisión, acompañamiento y orientación”. Para simplificar, no se trata de lanzar al niño al agua y que él mismo deduzca que debe mover brazos y piernas para mantenerse a flote. Antes deberemos enseñarle mediante el ejemplo cómo se debe hacer, qué riesgos corre si lo hace mal, etc.
La segunda estrategia es la mediación restrictiva, en la que se establecen “reglas y límites”. En esta fase, el menor de edad puede acceder a Internet por su cuenta, sin vigilancia, pero con las limitaciones que hemos acordado previamente: acotar el contenido al que se puede o no acceder, tiempo de uso, excepciones, cómo actuar ante determinadas situaciones…
Un proceso lento y laborioso
No descubrimos nada nuevo si afirmamos que para que la mediación parental funcione, en relación a Internet o a cualquier aspecto de nuestras vidas, el elemento principal es la comunicación entre padres y menores. IS4K habla de conceptos que pueden parecernos demasiado obvios pero que precisamente por ello solemos olvidar o menospreciamos su importancia: disponibilidad, pensamiento crítico, autoestima, empatía…
Otra obviedad es que esta comunicación no es tan fácil con niños que con adolescentes. Con los primeros puede haber menos conflictos y resultar más simple convencerlos y enseñarles buenas costumbres de acceso a Internet. En el caso de los adolescentes, el proceso debería ser similar. En cualquier caso, siempre debe haber un mínimo de confianza para que el adolescente nos consulte cualquier duda al respecto.
Uso y abuso
Nada es malo de por sí, la clave está en cómo un hábito afecte al resto de nuestro día a día. Internet Segura for Kids (IS4K) hace hincapié en el uso abusivo de Internet por parte de niños y adolescentes. Pero como dije al principio, no hay una cifra exacta que nos permita definir qué es uso y qué abuso.
¿Una hora de Internet es suficiente? ¿Cuatro horas es abusivo? La última palabra la tienen los padres, claro está. Hay varios elementos a usar como referencia, como por ejemplo que no afecte a sus relaciones sociales previas al uso de Internet, que no influya negativamente en su rendimiento escolar o en sus estados de ánimo…
También hay que tener en cuenta que la decisión debe ser consensuada. El “ordeno y mando” suele acabar mal, ya que el menor acostumbra a saltarse las normas si no las comprende o no las ve lógicas o aceptables. De ahí que la comunicación y el diálogo sean básicos.
Varias etapas, distintas estrategias
El último punto que toca Internet Segura for Kids (IS4K) respecto a la mediación parental es la diferencia de estrategias a seguir en función de la edad del menor a cargo. Está claro que no podemos tratar de la misma manera a un niño de 5 años que a uno adolescente de 15.
En este sentido, las pautas básicas que recomienda IS4K son las siguientes: acompañamiento constante, normas claras y selección de contenidos en niños de entre 3 y 5 años. El libre albedrío a estas edades puede llevarnos a sustos y sorpresas desagradables si el menor accede a contenido no recomendable.
Para niños de entre 6 y 9 años, se recomienda limitar la conexión a Internet y las reglas en función de la madurez del menor y enfocar los contenidos a su edad. La pedagogía también tiene un papel importante a estas edades para empezar a inculcar conceptos como privacidad, prevención, consumo crítico de la información, etc.
En edades de entre 10 y 13 años, se recomienda ampliar un poco el control, reducir las restricciones y establecer normas en familia. En esta etapa suelen empezar a tener su primer teléfono móvil, por lo que conviene definir ciertas normas y pautas de uso. Lo mismo ocurre con el uso de las redes sociales y la prevención de riesgos como el ciberbullying, el sexting o el grooming.
En la última etapa, de 14 años en adelante, la clave está en dotar de mayor autonomía al adolescente. Esto no implica cero normas, claro está, pero sí consensuar las normas y fomentar el “uso responsable de las redes sociales y la mensajería instantánea”.
Fuente: https://blogthinkbig.com/mediacion-parental-menores-internet