Una de las áreas donde más severo es el impacto del TDAH es, el entorno académico, especialmente en la etapa de primaria.
Los niños y niñas pasan la mitad de sus jornadas en un centro escolar donde deben exponerse a múltiples retos socioemocionales, personales, físicos y académicos.
Es ahí donde ante las diferentes situaciones los niños con TDAH encuentran dificultades a las hora de encontrar apoyos, resolver los problemas, relacionarse de forma correcta, controlar sus impulsos, mantener un comportamiento y grado de atención adecuados en el aula, responder correctamente a los objetivos curriculares y expresar de forma clara sus necesidades.
Dadas estas dificultades, la necesidad de apoyo y ayuda externa son fundamental para que estos retos no se conviertan en enormes muros que los diferencien de los demás y los dejen atrás.
Formas de comprender y ayudar al alumno con TDAH por parte de un profesor/tutor:
- Conocer la situación del alumno
El profesor debe estar informado o bien mostrar iniciativa de informarse sobre un alumno que muestre dificultades. Mediante reuniones con la familia, el profesor deberá estar al tanto del funcionamiento del niño, sus necesidades y sus puntos débiles así como de la forma de poder ayudarlo.
No dudar en el diagnóstico: Asumir su rol dentro del proceso y facilitar su ayuda a los diferentes agentes para la consecución de los objetivos.
Es importante que el profesor tenga conocimiento de si el alumno está siguiendo algún tratamiento, y de si existen indicaciones médicas específicas.
- Profundizar en el conocimiento del trastorno
Como profesor, es esencial asumir la responsabilidad que supone ser educador de un alumno con dificultades. El profesor debe ser consciente de que su papel en el aula influye directamente no sólo en el aprendizaje del alumno sino también en su estado emocional, así como en su evolución y desarrollo positivo. Es por ello, que éste debe tener unos conocimientos básicos de cómo actuar con un alumno con TDAH.
Realizar cursos, hacer una formación autodidacta, promover cursos para el cuadro docente del centro, leer e investigar sobre el tema y acudir al servicio de orientación en busca de orientación y consejo son algunas de las pautas que debe seguir un profesor que quiera dar una buena respuesta educativa al alumnado con TDAH.
- Establecer un vínculo profesor-alumno
Tener una relación positiva entre el alumno y el profesor: Más que ningún otro niño, los alumnos con TDAH necesitan de apoyos positivos, elogios y ánimos.
El profesor debe mostrar interés cuando el alumno esté trabajando en su mesa. Acercarse a su mesa habitualmente y preguntarle si tiene dudas o necesita apoyo, es una forma de darle seguridad al alumno y animarle a que siga trabajando.
También es importante de cara a evitar llamar la atención públicamente, comunicarse de forma discreta, casi invisible para el resto del grupo. Un chasquido de dedos o apoyar la mano en su hombro puede hacerle recuperar su atención. Es importante que el profesor acuerde con el alumno unas señas que hagan que el alumno comprenda que debe corregir algo o continuar con su trabajo.
- Focalizarse en la autoestima
Aceptar las dificultades. Tratar con normalidad las dificultades sin darles excesiva importancia tanto de cara al alumno como de cara al grupo. Recordar públicamente que nadie es perfecto y que todo el mundo lleva su ritmo.
Identificar los esfuerzos. Recordarle al alumno tanto en privado como públicamente, que su intervención ha sido muy buena, que su colaboración ha sido muy positiva para el resultado, que el esfuerzo es notable y visible, que el cambio de actitud y comportamiento es algo que todo el mundo está valorando muy positivamente, etc.
Intentar modificar el lenguaje. Procurar expresarse de manera más positiva evitando expresiones como "Bien, pero lo puedes hacer mejor". Es preferible usar expresiones como: "Muy bien. La próxima intenta mejorar esto". Cambiar los mensajes negativos por mensajes de ánimo para el futuro.
- Favorecer la integración
El profesor debe promover actividades y tareas donde el alumno con TDAH pueda destacar positivamente a los ojos del grupo (destacar sus destrezas).
También debe favorecer la inclusión dentro del grupo con actividades y dinámicas grupales dándole un papel importante dentro de éste. Así el alumno integrado en el grupo colaborará para la consecución de objetivos conjuntos compartiendo el éxito del resultado con sus compañeros.
- Normalizar las dificultades
Promover la lectura en voz alta aunque tengan dificultades al leer, se equivoquen, corran, etc. Hay que darles tiempo para poder rectificar, repetir, sin presionar ni comprar, ni infundir miedo al error. No sólo los alumnos con TDAH tienen dificultades al leer, por lo que la lectura en voz alta ayudará a desestigmatizar que sólo el alumno con TDAH tiene dificultades.
- Adaptarse a sus necesidades
Sentarle en un lugar tal que le podamos supervisar sin necesidad de levantarnos, situándole además lejos de distracciones (ventanas, ruidos, puerta...) y junto a compañeros en los que se pueda apoyar para copiar o completar las tareas a realizar o apuntes.
Las instrucciones deben darse con proximidad física y con contacto ocular, de una en una, de manera concisa, clara y asegurándose siempre de pedirle feedback (asegurarse de que ha entendido, pidiéndole que lo repita).
Si el profesor identifica que el alumno necesita de medidas que vayan más allá de sus competencias en el aula, deberá informar al orientador para trazar un plan más específico.
Fuente : Sara Ortega, Neuropsicóloga de Fundación CADAH (2014).