La sobreprotección escolar puede causar daños irreversibles más adelantes
¿Pregunta diariamente en el colegio por las actividades que tiene su hijo? ¿Lo excusa cada vez que no hace una tarea o las hace por él? ¿Discute con los profesores cada vez que el colegio toma una decisión sobre el niño? ¿No permite que se encargue de sus objetos personales?
Atención, porque usted puede ser un ‘papá helicóptero’. Y claro, todos los padres tienen derecho a estar pendientes de sus hijos, ayudarlos en su desarrollo y acompañarlos en diversos procesos. Pero otra cosa es ser un adulto que ‘sobrevuela’ y monitorea a su hijo todo el tiempo; es sobreprotector, obsesivo e interventor excesivo en las diferentes áreas de la vida del niño, especialmente en sus estudios. Es decir, son adultos que no dejan que el pequeño se desenvuelva en diversas actividades, cuando ya está en capacidad de hacerlo.
Este es un fenómeno que se presenta hace varios años, pero que los especialistas afirman que cada vez es más preocupante. Incluso, se ha llegado a determinar que algunos padres que tienen este comportamiento en la edad preescolar de sus hijos, pueden tenerlo hasta la etapa universitaria o laboral de estos.
Neil Montgomery es docente de la Escuela de Sicología de Universidad Keene State, Estados Unidos, y se encargó de entrevistar a 300 estudiantes jóvenes de primer año y concluyó que el 10 por ciento de los alumnos tiene ‘padres helicóptero’.
En Colombia, el Mostessori British School encontró que 15 por ciento de los padres tienen esta condición; el 5 son casos aún más extremos. Esta investigación se realizó el año pasado con profesores y directores de los grados de preescolar, algunos de primaria
baja y bachillerato. Este estudio se hizo, según Claudia Díaz, directora de dicha institución, para evaluar el incremento de esta tendencia en nuestra sociedad que “tienen los padres de no responsabilizar a los estudiantes por lo que hacen”.
¿Por qué?
Según Liliana Andrea Valdez, sicóloga y coordinadora del área de preescolar del Montessori, generalmente sucede en los padres primerizos. Entonces, “quieren cuidarlos, ser los mejores padres; es una autoexigencia con ellos mismos de cumplir un reto que no habían tenido. No dejan que los niños experimenten ningún tipo de frustración, pues porque lo más importante para ellos es ser los mejores papás y que el niño sea completamente feliz”.
También puede suceder en aquellos papás que les ha costado mucho tener hijos o tienen bebés prematuros, añade la sicóloga Alejandra Bonilla.
Para el sicólogo Carlos Andrés Sierra Sierra, máster en educación de la Universidad Externado de Colombia, “la sobreprotección es un tipo de maltrato hacia el menor de edad, porque no permite su desarrollo como persona integral y no lo deja crecer de una manera armónica”.
Se debe aclarar que los padres se comportan como ‘helicópteros’ con un fin positivo. Es decir, no lo hacen por causar daños, sino que generalmente piensan que actúan así por el bienestar de su hijo.
¿Cómo identificarlos?
Los papás helicópteros se pueden identificar en una simple conversación, afirma el sicólogo: “Cuando uno habla con ellos, conoce sus estilos de vida y las pautas de crianza; se detectan porque son adultos que no dejan solo al niño en ningún momento, ya estando en edad preescolar”.
Además, llegan al colegio sin aviso, debaten las decisiones de profesores y directivos, excusan al alumno cuando no hace tareas sin justa causa y, en ocasiones, acceden a sus caprichos.
Incluso, toman decisiones por él. “Obviamente hay que entender que, a esa edad, el niño puede tomar decisiones muy básicas, pero estos papás a veces ni preguntan”, aclara el especialista.
Además suelen estar preocupados por lo que le falta, por lo queno ha hecho o por lo que no tiene el pequeño. Esto, en vez de resaltar sus logros y progresos.
“También se identifican porque les incomoda cuando estamos formando la parte de autonomía en los alumnos. Por ejemplo, si les decimos que el niño tiene que llevar la maleta a tal parte o hacer alguna tarea, ellos sienten que está muy pequeño y que no le corresponde, sino que deben intervenir, sin dejar que su hijo se apropie del deber escolar”, dice la sicóloga Valdez.
Cabe anotar que los comportamientos de padres ‘helicóptero’ corresponden a casos extremos, como lo explica el sicólogo Sierra: “Los padres tienen todo el derecho a informar qué situación no le gusta en el colegio. Pero, en extremo, son exacerbados, critican todo y todo les parece malo sin evidencia. Exigen que el colegio haga lo que el niño quiere, cosa que sucede en la casa”.
Efectos en los niños
Aunque es una condición que puede ser situacional o momentánea, y puede desaparecer mientras los padres identifican las capacidades de sus pequeños, hay adultos que no toman cartas en el asunto y llegan a perjudicar a sus hijos hasta en su etapa adulta.
Desde pequeños, los niños son inseguros. Buscan autoafirmarse como sea; por tanto, pueden ser rebeldes en la adolescencia, dice Carlos Andrés Sierra: “Significa no hacer caso por el ‘quiero ser yo’: se manifiestan agresiva y no acertadamente porque se están buscando a sí mismos”.
No toman decisiones acordes a su edad y no son capaces de trabajar en grupo. Pueden ser, no siempre, niños retraídos o agresivos. Incluso, dice Sierra, precursores del matoneo, porque como los papás helicóptero generan maltrato, ellos también se pueden volver maltratadores y quieren manejar la vida de otros.
Tienen baja tolerancia a la frustración, no saben perder y presentan dificultades para asumir responsabilidades en el desarrollo de los autoesquemas, que son entendidos como la autoimagen, la autoestima y el autoconcepto. Esto es grave porque una persona que no se quiere, no se desenvuelve.
En algunos momentos necesitarán de alguien que les diga qué hacer y qué está bien o no, entonces en sus relaciones futuras buscarán lo mismo, puntualiza Liliana Valdez.
El papel de...
Los padres:
- Aceptar su condición de sobreprotección.
•Permitirse conocer realmente cuáles son las capacidades del niño.
• Antes de emitir un juicio o angustiarse por un resultado académico o personal en el colegio, deben cuadrar citas con la profesora o, si es urgente, con la directora. Hay mecanismos establecidos por las instituciones para el diálogo.
• Si eligieron una institución escolar que va acorde con su método de crianza, deben confiar en ese lugar. - Diferenciar entre acompañar al niño y hacer las cosas por él.
•Ver los esfuerzos de su hijo como un signo de independencia.
Las instituciones educativas:
- Sensibilizar a los adultos de cuál es la verdadera función del padre hoy: poner límites y normas, acompañar y, de acuerdo a la edad, dejarlo desarrollarse con autonomía.
•Hacer talleres para padres y salidas pedagógicas para los alumnos.
• Acompañar al niño, por parte del departamento de sicología, y protegerlo. En caso extremo, hacer una remisión a un sicólogo experto en pautas de crianza.
• Dialogar con el papá sobre la conducta igualitaria que se debe tener con los niños; es decir, explicarles por qué todos los alumnos se tratan igual.
Fuente: ABC del Bebe - Karen Johana Sánchez