El confinamiento en los hogares a causa de la crisis por el coronavirus ha multiplicado el tiempo de exposición a las pantallas de los más pequeños y, según las previsiones, esto no hará más que crecer conforme se alargue la cuarentena. La psicóloga Gabriela Paoli nos da algunos consejos.
El consumo de Internet de los niños ha aumentado un 180%, según un análisis de Qustodio, una plataforma de seguridad y bienestar digital para familias.
Durante estas semanas de cuarentena, la tecnología ha mantenido a los niños informados sobre las actividades del colegio, los ha entretenido y los ha hecho sentirse cerca de sus amigos y seres queridos. Sin embargo, la pregunta no ha dejado de rondar por la cabeza de muchos padres, aquejados siempre por sentimientos de culpa: ¿Nos habremos pasado? ¿Habrán desarrollado nuestros hijos algún tipo de dependencia de las pantallas durante el estado de alarma por la crisis sanitaria?
Gabriela Paoli, psicóloga experta en adicciones tecnológicas, nos da las respuestas: «Ante todo debemos tener en cuenta que muchos padres se han encontrado en situaciones límite y los dispositivos se han utilizado en “modo supervivencia” durante el confinamiento. Es muy poco probable que un niño menor de 10 años pueda desarrollar una adicción en uno o dos meses, pero hay algunos factores que, cuando todo esto termine, nos pueden indicar signos de dependencia:
- El niño no consigue aceptar los tiempos pactados y tiene reacciones llenas de ira cuando se le retira el uso del dispositivo.
- No le apetece realizar las actividades que le motivaban antes del confinamiento como ver a sus amigos, ir al parque o jugar con otro tipo de juguetes.
- Les preguntamos por sus actividades preferidas y vemos que han cambiado, ahora la tecnología ocupa el top en sus preferencias.
- Cambios bruscos de humor o del estado de ánimo: con irritabilidad, impulsividad, gritos o gestos agresivos. Su carácter es más irascible, se enfada antes y con más explosiones de ira.
- Si se siente mal, discute con algún miembro de la familia o está triste, recurre a los dispositivos para calmarse.
- Es capaz de mentir, discutir, gritar o pegar con tal de usar un rato más la tecnología.
- No descansa lo suficiente por las noches, tiene despertares frecuentes o un sueño más inquieto. Todo esto puede ocasionar que esté más apático, desmotivado o quejica durante el día. También pueden aparecer terrores nocturnos o pesadillas, ya que puede haber estado durante muchas horas expuesto a información o contenido que, aunque sea lúdico o de entretenimiento digital, nunca es inocuo o inofensivo.
Consejos para gestionar el final del uso abusivo de las pantallas
«Cuando esta crisis termine tendremos que explicar a los niños que esto ha sido un “plan de supervivencia”, que nos ha ayudado a sobrellevar el confinamiento, pero que ya se ha acabado», asegura la psicóloga. «Podemos dejar guardado todo lo que hicieron durante estos días y explicarles que, poco a poco, volveremos a sus actividades de siempre como jugar en el parque o en la playa, correr o montar en bici, subirse a los árboles y volver a conectar con la naturaleza». Y añade, «más que convencerles de dejar atrás los dispositivos, tendremos que hacerles revivir esos momentos llenos de emociones, como reencontrarse con sus amigos. Será cuestión de paciencia y tiempo. Algunos mostrarán más resistencia que otros pero, seguramente, volveremos a nuestras vidas con rapidez y casi de forma natural porque eso es lo que les hace sentirse seguros y queridos». La experta en adicciones tecnológicas nos da las claves para volver a la normalidad en el uso de la tecnología:
- Diálogo. Esto es válido para los niños mayores de 6 años. Hay que explicarles que hemos vivido una situación excepcional y que, a partir de ahora, volveremos a las normas habituales. Estas deben ser muy concretas. Podemos pactar con ellos unos tiempos de uso de las tecnologías adecuados. Se pueden poner por escrito y tenerlos bien visible.
- Cariño adicional. Es importarles mostrarles nuestro afecto, incluso en los momentos en los que ellos no sean capaces de tolerar la frustración. Nosotros somos sus referentes emocionales, así que debemos mantener la calma y el amor. Siendo firmes, pero con cariño. Solo así entenderán que la ira no es el camino. En el caso de los más pequeños, con los que el diálogo con palabras no es tan fácil, tenemos que tener en cuenta que lo único que ellos necesitan para olvidarse de las tecnologías es nuestra atención. Si realizamos actividades con ellos, seguro que poco a poco se olvidan de todo lo demás.
- Predicar con el ejemplo. Debemos hacer autocrítica y ser conscientes de si nosotros mismos estamos sufriendo alguna adicción a la tecnología y, por supuesto, poner manos a la obra para dejar las pantallas a un lado cuando estemos con nuestros hijos.
La parte positiva de la tecnología para los niños durante el estado de alarma
La psicóloga experta en adicciones tecnológicas cree que «es muy positivo poder reflexionar con los más pequeños, haciéndoles ver los usos más útiles que han tenido las tecnologías en esta crisis»:
- Hemos podido paliar la soledad de muchos de nuestros familiares con las videollamadas, en las que debemos hacer partícipes a nuestros hijos para que vean la importancia de estar pendientes de los demás y el poder emocional que puede tener un gesto de cariño aunque sea en la distancia.
- Los niños han podido estar en contacto con sus colegios y sus compañeros, algo muy positivo en estas circunstancias en las que la desconexión hubiera sido muy perjudicial para ellos.
- Las nuevas tecnologías nos ha permitido acceder a muchísimos servicios. Desde la psicología on-line y el asesoramiento familiar, pasando por toda la cultura on-line que se ha movilizado estos días, tan enriquecedora para todos.
- Y por supuesto, la red de solidaridad que se ha movido en redes sociales, con acciones muy valiosas para los que más lo necesitan.